David, Martín, Víctor y Marcos salieron de la cafetería después de haber calmado su apetito. Todavía faltaban diez minutos para volver a clase así que Martín sacó un cigarrillo y se puso a fumar apoyado en un coche.
Mientras se comía su bocadillo David no había parado de darle vueltas al asunto de la paliza. Por un lado le gustaría avisar a Raúl, porque él mejor que nadie sabía lo que era estar en aquella situación. Pero por otro lado sabía que la mejor forma de hacerse pasar por hetero y que a él le dejaran en paz era seguirles la corriente a los matones del instituto y ser su amigo.
-¿Habéis dicho en serio lo de darle una paliza a Raúl?- les preguntó David.
-Claro que si- respondió Martín- tenemos que enseñarle a ese imbécil que no queremos maricas en este instituto.
-Pero podemos meternos en un lío- le dijo David.
-Ese idiota no dirá nada- dijo Víctor riéndose- desde que llevamos metiéndonos con él no ha pedido ayuda a nadie, ni se ha quejado al director.
-Pero no es lo mismo insultar a alguien que agredirlo- volvió a insistir David- podría denunciarnos.
-Tal vez tengas razón- reconoció Martín- quizá deberíamos dejarlo para mañana. Tengo en casa unos pasamontañas que no he usado nunca, sería un buen momento para estrenarlos, y con ellos puestos no nos reconocería. ¿Vosotros que opináis?- les pregunto a Víctor y Marcos.
-Sí, será mejor usar los pasamontañas- dijo Marcos.
Víctor asintió con la cabeza.
-Pues si todos estamos de acuerdo lo dejamos para mañana- dijo Martín arrojando el cigarrillo al suelo.
Todos se pusieron en marcha y volvieron a entrar al instituto.
David había ganado algo de tiempo, pero tenía que hacer algo para ayudar a Raúl sin que Martín, Marcos ni Víctor se enteraran.
Cuando estaban recorriendo el pasillo camino a clase David vio que Raúl entraba en el cuarto de baño. Le pareció una buena oportunidad para avisarle de lo que estaban planeando hacerle.
-Chicos voy un momento al baño- les dijo a los demás- id entrando en clase, que ahora voy.
-No tardes mucho, que ahora tenemos inglés y si llegas tarde la profesora no te dejara entrar, está muy amargada- le avisó Marcos.
– No tardo nada- les dijo mientras corría hacia el baño.
CONTINUARA…
Fuente:
DIARIO DE UN GAY RARO Y DIFERENTE