EL EX DE MI EX, ES MI LIGUE”
Reflexiones sobre la apropiación y cosificación de la pareja.
Para muchxs de nosotrxs el simple hecho de pensar en vivir una situación parecida a la que describe el título de la entrada del día de hoy, nos genera INCOMODIDAD. También, estoy casi seguro de que entre amigxs suponemos un código invisible que declara que tampoco andaremos con nuestros “exes”…
Y puedo, casi apostar a que todos tenemos a ese/a conocido/a al que le apodamos el/la “saqueatumbas”, porque le encanta andar rebuscando entre el cementerio de las relaciones de sus amigxs y conocidxs.
Ahora, ¿deberían estas premisas ser inquebrantables?…
Dicho esto, será mejor que pongas a enfriar ese vinito, para que cuando termines de leer el blog de esta semana te sirvas una copita bien merecida.
Quizás si existiera un “CÓDIGO DEL BUEN/A CIUDADANx HOMOSEXUAL” en el mundo del ligue, especialmente en la comunidad LGBT+, las siguientes pudieran ser dos de sus reglas:
- “No te ligarás al ex de tu ex”
- “No te acostarás, encularás (enamorarse) o mirarás con ojos de lujuría y perversión al ex de tu amigx”
Sé que de primera mano, tan solo pensar que alguien que amaste está amando a otra persona puede generar incomodidad, y si además pensamos o sabemos que esa persona que amaste ahora ama a TU EX o a TU AMIGX es complicado. Todo esto desata en nosotrxs una avalancha de pensamientos que generan sentimientos como: decepción, traición, enojo, desconfianza, inseguridad, dolor, tristeza, entre otros.
Quizá te preguntes ¿de dónde surge todo eso? ¿sentirlo es bueno o malo?
Bueno, antes que nada déjame preguntarte algo: ¿bueno o malo para quién? Recuerda que el mundo no es blanco o negro, tenemos que romper con la mente dual y esas circunstancias son justamente parte de lo diverso que el mundo es. Ahora, esos pensamientos y sentimientos surgen porque de una u otra manera tenemos en el fondo de nuestra mente la firme creencia de que los “ex” nos pertenecen…
Y he aquí una dura, pero certera verdad queridx lectxr:
Las personas no somos objetos, NO LE PERTENECEMOS a nadie.
Así que por más que intentes justificar esa sensación de traición cuando un amigx tuyo empieza a salir con alguien que es o fue tu eterno “crush”, estás equivocadx.
Tenemos que comenzar por entender que muchas veces aceptamos sin cuestionar la idea de que las personas son objetos, incluso a veces las usamos para satisfacer nuestras necesidades como al papel de baño para limpiar el cagadero emocional que llevamos dentro.
Esto de lo más común ya que nuestra sociedad se ha encargado de justamente a través de la hipersexualización de las personas, del machismo, misoginia y muchas veces del capitalismo. Sin embargo, es ahí donde nos equivocamos al no cuestionar dichas creencias; para cambiar todo esto tenemos que hacer consciente lo siguiente: las personas no son objetos y las personas no nos pertenecen.
No importa cuánto tiempo haya durado su relación, si estaban casadxs, con hijos o perros/gatos, no importa quién le conoció primero, no importa lo que hayan vivido juntxs. Nada, repito: NADA justifica la creencia de que las personas que formaron parte de nuestra vida en algún momento (real o imaginario) se quedarán con la marca de propiedad tatuada en la frente.
Si realmente queremos dejar vivir de relación tóxica en relación tóxica y construir relaciones más genuinas y sanas, llámese amistad, noviazgo o simplemente relaciones interpersonales, tenemos que aceptar que en la vida TODO PUEDE PASAR, que no tenemos control o responsabilidad sobre las decisiones de los demás, que la vida avanza y los caminos se cruzan, quizás muchas veces esos cruces no sean de nuestro total agrado o de nuestra aprobación, pero así es la vida: FUERA DE NUESTRO CONTROL.
Como dije antes: vivir algo así puede ser incómodo, pero ¿sabes qué es lo que se incomoda? Tu ego.
Es tu ego y esta mentalidad que nos enseñan desde pequeños de que el mundo que nos rodea nos pertenece, muchas veces incluyendo a la gente. Dicha realidad se ve fracturada cuando fallamos en controlar las circunstancias que nos rodean y nos generan frustración y decepción. Así que, si algo así te acontece en algún punto de la vida recuerda bajarle dos rayitas al ego, porque nunca sabes si por egoísmo estás privando a gente que amas o amaste de ser feliz y conectarse genuinamente con otra persona que no eres tú.
No porque contigo no haya funcionado la cosa, lo de ellos también fracasará; no porque se hayan encontrado y coincidido significa que lo iniciaron desde antes de que tu relación acabe y todo lo que visite fue una mentira (hay que dejar de ver tanta telenovela).
Las circunstancias de la vida son muchas veces irónicas, pero solo son incómodas porque así elegimos percibirlas.
Un filósofo griego bien dijo alguna vez: “a los hombres (personas) no les preocupan las cosas que les pasan, les preocupa lo que piensan de las cosas que les pasan” y tenía TANTA razón. El pensamiento es la herramienta con la cual damos forma a nuestra realidad, claro está que si con esa herramienta seguimos crear una realidad en la cual las personas nos sirven como objetos y nos pertenecen a nosotros o a alguien más, entonces seguiremos creando una realidad en donde sufriremos mucho, porque entonces atribuimos significados y damos un valor a circunstancias fuera de nuestro poder.
Realmente, la invitación a través de este texto es que reflexionemos sobre estos “pactos” o “reglas” que muchas veces establecemos y que ni siquiera nos atrevemos a cuestionar de donde provienen. No hay pactos, ni lealtades cuando se trata de conectarse con las demás personas y pensar que no debo relacionarme con alguien porque en algún momento estuvo relacionadx con algún amigo o con mi “ex” es una falacia. En el amor, entran muchas cosas, pero lo que se queda fuera siempre son la desconfianza y la propiedad, al fin y al cabo ¿quién crees que eres para decir quién se puede amar y quién no? ¿el Frente Nazional por la Familia? ¡JA!
Recordemos que la vida es una vía de dos sentidos, pongámonos a pensar ¿qué pasaría si la situación fuera al revés?…
Si el/la “ex” de tu amigx o de tu mismx “ex” fuese el amor de tu vida, por una regla inexistente de “lealtad” cuya raíz es una ideología de pertenencia
¿realmente le dejarías ir?¿no valdría la pena intentarlo?… Piensálo.
Si tanto queremos poder ser libres para amar, entonces quizá debamos comenzar por derrumbar esas paredes invisibles que son solamente prejuicios e ideologías de propiedad y pertenencia, dejando a lxs que se aman hacerlo.
Para finalizar: humildemente, ríndete.
Ríndete y acepta que en el amor no se manda, sean tus exes, el ex de tu amigx, la ex de tu mamá, si se aman, que se amen: no te deben nada a ti ni a nadie.
Sigue tu camino, deja ir los prejuicios que te limitan y encuentra con quién co