Los boyeros merecidamente están de fiesta

Hace quince años la Unesco declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad “la tradición del boyeo y la carreta”. Como país debemos recuperar la senda abierta por ellos.

Teco Castillo, boyero de Tuetal sur de Alajuela, nos llena de orgullo. Los surcos abiertos por sus antecesores son los que como país debemos retomar para salir del atascadero en que estamos. Foto: Cortesía de Teco Castillo.

Teco Castillo, boyero de Tuetal sur de Alajuela, nos llena de orgullo. Los surcos abiertos por sus antecesores son los que como país debemos retomar para salir del atascadero en que estamos. Foto: Cortesía de Teco Castillo.

 

Un hermoso viaje por una tradición muy viva hemos hecho en La Teja, a lo largo de varios días, para llegar a este 25 de noviembre y celebrar que en el 2005, hoy hace quince años, la Unesco declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad “la tradición del boyeo y la carreta”. Con todo orgullo nos montamos en la carreta.

De la mano de Alejandro Guevara Muñoz, creador de la página Boyeotico, hemos contado historias de esos costarricenses que no dejan morir esta bella y pintoresca costumbre y quienes de esa forma honran a los antepasados de aquella humilde Costa Rica que avanzaba lentamente, pero con buena letra, al ritmo de bueyes y carretas jalando café, leña, arena, piedras y todo lo que se necesitara para construir este país.

Estos boyeros enaltecen a aquellos ticos valientes que forjaron este país sacando lo mejor de la tierra, sin privilegios más que la bendición del clima y la fertilidad de las fincas, sin convenciones colectivas, sin pluses salariales, sin salario escolar, levantando a punta de turnos y solidaridadad sus comunidades.

Y dentro de su rudeza a la par de bueyes, chuzos, palas y machetes, también brotaba la sensibilidad para apreciar el arte y mostrarlo en sus bellas carretas decoradas por las manos privilegiadas de los sarchiceños.

Gracias a esos boyeros que no dejan morir esa forma de vida, que mantienen su alma pura, sin ingredientes artificiales, y que cada día restriegan a las nuevas generaciones lo desviadas que están de ese camino que con sacrifico ellos abrieron, desvío que hoy tiene al país al borde del abismo económico por falta de líderes valientes y honestos.

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